SU SANTIDAD EL XIV DALAI LAMA
Su Santidad el XI Dalai Lama, Tenzin Gyatso, es el actual líder espiritual del Tíbet, nació en una familia de campesinos en un pequeño pueblo del Amdo (Tíbet noreste) el 6 de julio de 1935 bajo el nombre de Dhondup Lhamo. Con dos años fue reconocido como la reencarnación de su antecesor. Se considera que los Dalai Lamas son manifestaciones de Avalokitesvara, el Buda de la Compasión y el santo patrón del Tíbet.
Desde los seis años hasta los veintitrés, obtuvo educación monástica, estudiando con los principales Maestros contemporáneos de Tíbet. Logró la máxima calificación en el título de Gheshe Lharampa, lo que equivale a un doctorado en filosofía budista.
En 1950, muy joven y aún antes de finalizar sus estudios, fue llamado a asumir los plenos poderes de su cargo, debido al empeoramiento de la situación política, tras la invasión china del Tíbet empezada en 1949.
Tras varios intentos infructuosos de encontrar una solución pacifica a esta situación reuniéndose con los principales lideres chinos, en 1959 se vio obligado a huir a la India debido a la brutal represión de la insurrección de Lhasa. Todavía vive en la India en Dharamsala, pequeña ciudad en el norte, que es también la sede de las principales instituciones tibetanas en el exilio.
Desde Dharamsala, sin parar, trabaja para el bien de su pueblo, ayudando a los refugiados, así como tratar de hacer valer los derechos humanos en el Tíbet y para preservar su integridad cultural, todo esto a través del dialogo y de la no violencia.
Sus peticiones se resumen en el plan de paz en cinco puntos, presentado en el Congreso de Estados Unidos en 1987 y el año siguiente en el Parlamento Europeo, que incluye la transformación de todo el Tíbet en una zona de paz, el abandono de la política de transferencia masiva de la población china, que amenaza la propia existencia de los tibetanos como pueblo, respeto de los derechos humanos fundamentales del pueblo tibetano y de las libertades democráticas. Recuperación y protección del medio ambiente del Tíbet, se detenga la producción de armas nucleares y el vertimiento de los residuos nucleares, iniciar negociaciones serias sobre la situación futura del Tíbet y las relaciones entre tibetanos y chinos. Siempre ha sido firmemente en contra del empleo de la violencia y ha sido promotor de una mayor comprensión entre los pueblos y las religiones. Con este fin, desde el 1967 se ha reunido con muchos lideres políticos y religiosos.
Como líder de su pueblo, ha dado origen al proceso de democratización interna, abandonando todos los cargos políticos, a favor del gobierno en el exilio, democráticamente elegido entre los miembros de la diáspora tibetana.
Junto a su compromiso por la paz y para su pueblo, él sigue dando enseñanzas de budismo y meditando a diario por más de cinco horas.
Su Santidad, constantemente da enseñanzas a muchos discípulos repartidos por todo el mundo. Sus conferencias y enseñanzas, sin fin de proselitismo, son verdaderas lecciones de vida, paz, tolerancia y compasión, con el único propósito de contribuir a la paz y la fraternidad universal. Por esta razón, cada año atrae a más personas de muchos lugares del mundo.
Él mismo afirma que tiene tres compromisos importantes: como ser humano, la promoción de la compasión, del perdón, de la tolerancia; como hombre religioso, la promoción de la armonía y la comprensión entre las principales tradiciones religiosas; y finalmente la resolución del problema del Tíbet.
Con esta motivación él promueve y participa en reuniones interreligiosas, además de compararse con el mundo de la ciencia, ya que está convencido de que ciencia y religión no se contradicen, puesto que ambas están en búsqueda de la verdad por el bien de los seres.
Es el autor de varios libros sobre el budismo y sobre la relación entre religión, ciencia y medio ambiente. Ha recibido numerosos reconocimientos y premios por su trabajo, entre ellos el Premio Nobel por la Paz en 1989.
Su Santidad, además es ciudadano honorario de Roma, Venecia, Turín y otras ciudades italianas. Más allá del reconocimiento oficial, Su Santidad - que se considera “un simple monje budista“ - , establece su vida en la sencillez y la humildad.
Sin duda, se sitúa entre los personajes más importantes de nuestra época, por su extraordinario afecto hacia todo los seres, para la capacidad de trasmitir – siempre y en cada situación – mensajes constructivos de tolerancia, paz y diálogo. Por el esfuerzo constante para superar los obstáculos e incomprensiones a través del diálogo. Por su amor a la verdad.
Para más información sobre la vida y obras de Su Santidad: : www.dalailama.com